martes, 30 de abril de 2013

DE CUANDO LA POESÍA ERA UN ARMA CARGADA DE FUTURO

Releo a Gabriel Celaya en estos días, será porque llueve más de la cuenta. Compré el "Itinerario poético" de segunda mano, en "El libro errante", la librería de mi buen amigo Miguel Ángel (en Calle Júcar, en La Paz; la recomiendo: merecen la pena tanto la librería como mi amigo).
Miro el libro y veo que tiene tonillo amarillento, y no porque esté en mal estado, sino porque este tipo de versos ha tomado un tonillo amarillento con el paso de los años. Hay quien soporta el paso del tiempo mejor y quien lo soporta peor. Si a partir de los cuarenta años somos responsables de nuestro rostro... prefiero no pensar según qué cosas.
Un barraliano convicto y confeso, además, debe tomar sus precauciones con según qué lecturas: a lo mejor es que leo a Celaya con preservativo. No lo sé, me lo haré mirar.
Pero, a pesar de la color... siento nostalgia incluso de lo que no viví, y esa puede ser la más intensa de las nostalgias, porque huele a paraíso (exageradamente) artificial. Y releer a Celaya me retrotrae a aquellos tiempos en que combatimos contra todas las injusticias habidas y por haber, tiempos en que todo estaba por construir, en que  la poesía apuntaba al pecho, en que maldecimos "la poesía concebida como un lujo cultural por los neutrales", aún sabiendo que no necesariamente era (lo) correcto. Qué jóvenes éramos (yo tenía -6 años cuando todo aquello del 68, imaginen si era joven).
En fin, que hoy soy carne de bolero.  Sin duda será porque llueve más de la cuenta. Y la lluvia también es un estado de ánimo. Sobre todo en el sur, donde a veces acaba siendo toda una declaración de principios.

1 comentario:

  1. Contaba ayer el Intermedio acerca de un político que se mandaba mensajes de twitter (o como se llame la cosa esa del pájaro) con diferentes cuentas, haciéndose pasar por fan suyo, y se equivocó (como la paloma de Alberti) y se mandó un mensaje con su propia cuenta. Pessoa no se habría equivocado.
    En mi caso no hace falta... es conocida mi doble o triple personalidad, pero firmo siempre con mi misma cuenta, así no hay lugar a dudas. No es por afán de protagonismo, es por hablar con ese hombre que me acompaña casi siempre.
    En fin, me dejo de literaturas: Antonio, corazón... que en líneas generales suele ser un placer ser tú. En otros casos... mejor me callo.

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