lunes, 1 de junio de 2015

PARAÍSOS ARTIFICIALES PELIGROSAMENTE NATURALES



Inaguramos, hoy, el mes de junio, y la semana nace tan cargada de historias complejas, de esas que hacen imposible la tranquilidad necesaria para disfrutar de un buen libro de versos (uno de esos libros que ayudaron a enriquecer tu imaginario sentimental), que necesito inmediatamente un paraíso artificial que no resulte excesivamente dañino para el cuerpo ni costoso para el bolsillo.
Me voy a los puestos de libros de la "rive gauche" del Seine, por ejemplo. Au revoir, mes amis.
A recuperar el tiempo perdido/ganado allí. A poner en duda a Heráclito sin argumentos sólidos. A admirar, nuevamente, Notre Dame, ahora desde otra óptica. A comprar alguna cosa de Malraux y sentirme bien tratado como comprador y como lector. A recordar "Moi aussi", el poema que escribí sobre París y que sigo releyendo con cierto interés, pues no me parece que esté mal.
En fin...
Bonjour tristesse...


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