miércoles, 8 de julio de 2015

FELICIDAD


Como la realidad cada día me disgusta más, en líneas generales, huyo con frecuencia a mi mundo alternativo, que no siempre ocupa el mismo espacio, pero que está cargado de entretenimientos personales atrayentes (para mí: para usted, amable lector, no lo sé). Como nos enseñara Houellebecq por alguna parte, posiblemente el mapa sea más sugerente que el territorio, pero bueno, de ficciones también se vive.
Por eso que de ficciones también se vive hoy recuerdo un texto ...que está en ese libro que estuvo a punto de salir casi dos años y que finalmente nunca se publicó (y me alegro, pues estoy desengañado de casi todo: ¿para qué otro libro manifiestamente mejorable, que implique talar árboles y engordar vanidades?; a la hoguera de la(s) vanidad(es), mejor).
Un texto sobre una de las ficciones más aparentemente extendidas, pues todos somos humanos y no queremos acabar mal: la felicidad. A pesar de ser inédito lo he leído por alguna parte y en más de una ocasión, si el sucedáneo de cerebro no me falla. Y cuando me lo encuentro... no me disgusta. Todavía.
pd: acompaño esta entrada con una imagen de Roma. Porque es, posiblemente, el sitio que más y mejor armonía y creatividad me ha regalado. Y eso se parece mucho a la felicidad.


Felicidad

Vivienda, sí.
Quinquenios de deudas con el banco,
sí,
pero vivienda.
Empleo estable, sí.
Todo un tormento,
sí,
pero empleo estable.
Esposa sacrosanta, sí.
Ni la entiendo ni me entiende,
sí,
pero esposa sacrosanta.
Las encuestas
aseguran
que debo de ser feliz.

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