sábado, 2 de abril de 2016

SOBRE RIESGOS, METAFÍSICAS Y BROOKLYN, PASANDO POR RINCÓN DE LA VICTORIA

Del Derecho como, que no es poco, pero... lo que me regala satisfacciones que no se pagan con dinero (esos papeles de colores o monedas con gente muy formal en una de las caras: héroes, reyes y personajes de esa calaña) es la actividad creativa. Qué más dará ser pequeño, desconocido o misántropo (cada día más misántropo, aunque esté como de tapadillo y haya quien no se lo crea, pues soy un misántropo muy sociable): el goce de crear es único, y para mí queda.
Mi querido y admirado Hilario Barrero me comenta, con mucho cariño, que le ha llegado mi pliego "La autoridad del fracaso". El pliego de la lectura que hice en La Mínima, en Rincón de la Victoria, con mi cómplice montalbaniano Rafael Ávila, otro lujo de persona, y en el que me siento tan cómodo.
Saber que mis textillos andan ya por Brooklyn, como "caperucitos martingaiteados", y que Hilario, nada menos, ha pasado un ratito entretenido con ellos, me proporciona una felicidad que abruma. Vértigo y alegría, sin duda.
Subo una foto que me envía Hilario de un brevísimo texto que se incluyó en el pliego, que creo que sintetiza con la idea de que, mientras algunos buscan vida después de la muerte (porque la muerte es tan desagradable que no se puede disfrazar de nada que no sea vida), a lo mejor hay que intentar que exista vida antes de la muerte.
Es más realizable, seguramente.
Gracias, admirado Hilario, por la felicidad compartida.
 




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