jueves, 29 de diciembre de 2016

"Orden de Rompimiento de Amistad" de Reinaldo Arenas

Reinaldo Arenas, en su autobiografía "Antes que anochezca", hace pública lo que él denominó "Orden de Rompimiento de Amistad". En el capítulo "En la calle" lo explica así:

"Hastiado de toda aquella gente que no sabían ser amigos, en los momentos en que había que serlo realmente, redacté un modelo de carta un poco irónico que se llamaba Orden de Rompimiento de Amistad. El modelo decía así:

Señor:
De acuerdo con el balance de liquidación de amistades que cada fin de año realizo, basado en rigurosas constataciones, paso a comunicarle que usted ha pasado a engrosar la lista del mismo.
Atentamente,
Reinaldo Arenas
".

Y lo enviaba a quien correspondiese.
Un texto, quizá, muy propio de las fechas que corren.
Feliz entrada de año, amigos.

miércoles, 28 de diciembre de 2016

"MI ÚLTIMO ADIÓS" (JOSÉ RIZAL)

¡Adiós, Patria adorada, región del sol querida,
Perla del mar de oriente, nuestro perdido Edén!
A darte voy alegre la triste mustia vida,
Y fuera más brillante, más fresca, más Florida,
También por ti la diera, la diera por tu bien.

En campos de batalla, luchando con delirio,
Otros te dan sus vidas sin dudas, sin pesar;
El sitio nada importa, ciprés, laurel o lirio,
Cadalso o campo abierto, combate o cruel martirio,
Lo mismo es si lo piden la patria y el hogar.

Yo muero cuando veo que el cielo se colora
Y al fin anuncia el día tras lóbrego capuz;
si grana necesitas para teñir tu aurora,
Vierte la sangre mía, derrámala en buen hora
Y dórela un reflejo de su naciente luz.

Mis sueños cuando apenas muchacho adolescente,
Mis sueños cuando joven ya lleno de vigor,
Fueron el verte un día, joya del mar de oriente,
Secos los negros ojos, alta la tersa frente,
Sin ceño, sin arrugas, sin manchas de rubor

Ensueño de mi vida, mi ardiente vivo anhelo,
¡Salud te grita el alma que pronto va a partir!
¡Salud! Ah, que es hermoso caer por darte vuelo,
Morir por darte vida, morir bajo tu cielo,
Y en tu encantada tierra la eternidad dormir.

Si sobre mi sepulcro vieres brotar un día
Entre la espesa yerba sencilla, humilde flor,
Acércala a tus labios y besa al alma mía,
Y sienta yo en mi frente bajo la tumba fría,
De tu ternura el soplo, de tu hálito el calor.

Deja a la luna verme con luz tranquila y suave,
Deja que el alba envíe su resplandor fugaz,
Deja gemir al viento con su murmullo grave,
Y si desciende y posa sobre mi cruz un ave,
Deja que el ave entone su cántico de paz.

Deja que el sol, ardiendo, las lluvias evapore
Y al cielo tornen puras, con mi clamor en pos;
Deja que un ser amigo mi fin temprano llore
Y en las serenas tardes cuando por mí alguien ore,
¡Ora también, oh Patria, por mi descanso a Dios!

Ora por todos cuantos murieron sin ventura,
Por cuantos padecieron tormentos sin igual,
Por nuestras pobres madres que gimen su amargura;
Por huérfanos y viudas, por presos en tortura
Y ora por ti que veas tu redención final.

Y cuando en noche oscura se envuelva el cementerio
Y solos sólo muertos queden velando allí,
No turbes su reposo, no turbes el misterio,
Tal vez accordes oigas de cítara o salterio,
Soy yo, querida Patria, yo que te canto a ti.

Y cuando ya mi tumba de todos olvidada
No tenga cruz ni piedra que marquen su lugar,
Deja que la are el hombre, la esparza con la azada,
Y mis cenizas, antes que vuelvan a la nada,
El polvo de tu alfombra que vayan a formar.

Entonces nada importa me pongas en olvido.
Tu atmósfera, tu espacio, tus valles cruzaré.
Vibrante y limpia nota seré para tu oído,
Aroma, luz, colores, rumor, canto, gemido,
Constante repitiendo la esencia de mi fe.

Mi patria idolatrada, dolor de mis dolores,
Querida Filipinas, oye el postrer adiós.
Ahí te dejo todo, mis padres, mis amores.
Voy donde no hay esclavos, verdugos ni opresores,
Donde la fe no mata, donde el que reina es Dios.

Adiós, padres y hermanos, trozos del alma mía,
Amigos de la infancia en el perdido hogar,
Dad gracias que descanso del fatigoso día;
Adiós, dulce extranjera, mi amiga, mi alegría,
Adiós, queridos seres, morir es descansar.

EL JUEVES, LA REVISTA DE ANÁLISIS MÁS SERIA

Soy lector de "El jueves" desde hace bastantes años, y sigo pensando que es de las revistas que, de modo más completo, repasa mejor la actualidad. Por eso me agrada decir que es la revista de análisis de la actualidad más seria que conozco.
Prensa rigurosamente seria (local y estatal) y revistas también sesudas suelen contar incluso más mentiras, pero sin gracia. Y cuando no hay gracia... para mí pierde mucho interés. Será cosa de la edad.
Siempre nos quedará El Jueves. Y siempre nos quedarán las caricaturas de Pedro Vera, como en la portada del último número de este año 2016, año que muere matando (por morir ha muerto incluso la Mona Chita). Un año muy a tono con los tiempos...





lunes, 26 de diciembre de 2016

I VITELLONI

Robar horas al sueño puede estar justificado: disfrutar de buen cine puede ser una excelente razón.
El otro día la causa fue "I vitelloni", capolavoro (otro capolavoro) de Fellini. En castellano se tradujo por "Los inútiles", pero siempre pensé que esta palabra dejaba fuera algunos matices del término italiano (¿quizá "Los tarambana" hubiese sido más exacto?).
En ella los amantes de Fellini podemos disfrutar de parte del pesebre que pronto pondrá en marcha el genial Federico (y en otros casos no, de detalles que irán quedando por el camino): el no hacer nada, la agobiante famlia mediterránea, los agobiantes vecinos mediterráneos, lo que llega de Roma siempre como especial o con futuro, la Todopoderosa Iglesia, la frustrante provincia, la inevitable marcha a Roma, los principios, los finales... Incluso algunas inquietudes personales, que vuelven a florecer con cada visionado: por ejemplo, ¿por qué Alberto Sordi, tan romano, no será tan universalmente reconocido como Anna Magnani, tan romana? Creo conocer la respuesta, pero no viene al caso (no soy el primero que se hace la pregunta, tengo ilustres predecesores). O el inevitable aroma que llega hasta "Calle Mayor" de Juan Antonio Bardem.
"I vitelloni": sueño perdido, tiempo ganado.

domingo, 25 de diciembre de 2016

MUDANZA


Mudanza

Mis papeles desordenados.

Mis libros doctrinales (tediosos).

Mis textos incompletos, tachados en rojo por la mano sabia.

Todo eso. Debo partir.

Embalar años de trabajo y tomar nuevo rumbo.

Nadie me echará en falta.

Alguna vez

alguien se preguntará

“¿cómo se llamaba aquel chico que hace mucho tiempo

fue becario aquí,

aquél que escribía?”.

Y nadie acertará con mi nombre:

a lo mejor

alguien

es capaz de recordar

a un tipo curioso

que

siempre andaba

con alguna novela debajo del brazo.

Perdiendo el tiempo.

                             (Antonio J. Quesada: "Desde el otro lado del espejo")

lunes, 19 de diciembre de 2016

FELICES FIESTAS PARA TODOS

Se acercan las fiestas de Navidad y empiezan a llover felicitaciones navideñas. Y se agradecen, que el que se acuerden de uno con cariño siempre se agradece, en los tiempos que corren. Pero aunque lo agradezco de corazón, reconozco que todo esto de la Navidad no va conmigo.
Mas tampoco me gustan esas felicitaciones canónicamente contrarias a la Navidad y que hacen mofa de cada detalle: que cada uno celebre (o no) lo que quiera siempre que no se meta con el de al lado. Mi reino no es de ese mundo, pero... que quien quiera lo celebre y disfrute mucho. Y deje vivir, claro.
Es la clave: que cada uno desarrolle su personalidad sin meterse con el de al lado. Y a convivir. Por eso, con la misma firmeza con la que critico tanto a este país ("este país de todos los demonios", que decía Gil de Biedma en un mítico poema), también estoy muy satisfecho de poder ser objetor de conciencia a todo esto de luces, belenes, adornos, misas de gallo y no sé qué y que ello no implique nada, pues como bien sabemos, en otros sitios hay que seguir la religión mayoritaria por narices (como aquí, hasta no hace mucho). Al César lo que es del César.
En fin, que no me va esto de la Navidad, pero que de corazón deseo a todo el mundo lo mejor para estos días. Quien crea, que pida a su Dios mucho y bueno; quien sea tibio que disfrute tibiamente y quien no crea, pues que sobreviva a su manera. Y lo hago con una bella fotografía de la meva amiga Salut Grifell, fotografía de la meva estimada Ciutat de Vic, la Plaça Major, aquesta plaça molt italiana i que m'agrada moltissim. Gran artista, Salut: gràcies!
Felices fiestas, amigos; belli giorni di Natale; molt bon Nadal a tothom.




sábado, 17 de diciembre de 2016

MEDITANDO EN ASTORGA

Dicen que cuando uno se encuentra a un gallego en una escalera no se sabe si sube o baja. No sé; aunque a lo mejor es verdad, tampoco lo discuto.
Sí sé que en la Casa Panero, en Astorga, este verano pasado, me senté en la mítica escalera (que tantas veces hemos visto en "El desencanto") y una mano piadosa sacó una foto (no soy muy dado a verme en fotos: me conformo con mirarme en los espejos amaestrados que tengo en casa, pues ellos me entienden).
Fue después de la conferencia, y estaba muy satisfecho por cómo salió todo y por el inolvidable clima de cariño y creatividad que encontré desde que llegué a tan bella ciudad. A lo mejor ese clima tan entrañable influyó para que me dejara fotografiar casi sin oponer resistencia.



viernes, 16 de diciembre de 2016

EL AIRE DE PARÍS

No hace mucho escribí sobre el boxeo como metáfora de la vida y no sé qué más. Citaba, así como de repente, algunas películas sobre boxeo, pero dejaba otras atrás (aquel texto estaba escrito en un hueco entre dos obligaciones importantísimas de mi día a día). Mi admirado y querido Luis Martínez de Merlo completaba mis palabras apuntando un par de películas fantásticas: "Rocco y sus hermanos", del Genio Visconti, y "El aire de París", de Marcel Carné.
La obra de Visconti la tengo bastante mirada, remirada y controlada. Es de las que reveo periódicamente (esta y otras: San Luchino Visconti es San Luchino Visconti), escrutando cada frase o gesto fetiche, e incluso la he usado como arma literaria en cierta ocasión: una vez, cuando escribía columna en prensa (hace ya mucho de eso), y criticando no sé qué de Rouco Varela, titulé a mi columna "Rouco y sus hermanos" (hubo quién se escandalizó y todo: ya lo decía Terenci Moix, que la gente es muy escandalizable).
Pero la segunda no la conocía, y agradezco a Luis que me abriera esta ventanita. ¿Boxeo y París, todo en uno? Había que buscarla inmediatamente. Dicho y hecho: fantástica. Realismo pero poesía con la cámara, perfectamente unidos. Dirigida por Carné en 1954 y protagonizada por el gran Jean Gabin, otra vez comprobamos cómo la vida es dura y hay que defenderse a puñetazo limpio en ella. Y con París de fondo, aunque quien está empeñado en sobrevivir se fija menos en eso de que vive en París, pues tiene que dedicar su tiempo a dar puñetazos, descargar cajas en tiendas de medio pelo, espantar las chinches de la cama en pensiones inmundas y a otras operaciones por el estilo. Con los inevitables inmigrantes italianos que intentan abrirse paso en París, con el mundo de la moda y la bohemia, que se mueve en otros parámetros, con el inevitable desencanto, con...
En fin, "El aire de París". Imprescindible. Gracias, Luis.





lunes, 12 de diciembre de 2016

CALENTANDO MOTORES POR LA "PATRIA"

Por lo que conozco del autor y por los comentarios que leo aquí y allá, de personas que merecen mi credibilidad, creo que "Patria", de Fernando Aramburu, me va a interesar y mucho.
Todavía no la he leído, pues tengo mis tempos (que no siempre coinciden con los del resto del mundo, me consta). Pero estoy calentando motores: ya tengo cerca "Los peces de la amargura" y "Años lentos" (e, incluso, "Bruma y conciencia / Lanbroa eta Kontzientzia",... porque a un poeta se le sigue en todos sus textos y quiero "aramburizarme").
El tema vasco me ha interesado desde siempre, he leído bastantes cosas por aquí y por allá y con diversas sensibilidades (memorias, ensayos, ciencia política, poesía, etc.) y en el ámbito narrativo soy gran seguidor de las obras de Atxaga, de Guerra Garrido o de Onaindia, y algo tengo leído de Saizarbitoria (bastante menos).
En mi "aramburización" he comenzado con los relatos de "Los peces de la amargura" y estoy muy satisfecho de la lectura, por cómo Aramburu recrea en su texto narrativo el clima (no siempre confesado) que se podía vivir en Euskadi por aquí o por allá en aquellas fechas. Soy de la opinión de que un buen texto narrativo suele reflejar climas históricos mejor que un texto con pretensiones científicas (pero como me da tanto miedo eso que llaman "novela histórica", no suelo expresarla demasiado).
Y llega uno a la conclusión de que debajo de ideas, dioses, patrias, banderas, fronteras y toda esa cacharrería más o menos respetable, hay personas, y que son lo fundamental (y cuando dejen de serlo, malo). El resto vendrá después. Aunque todo esté tan enredado y no sea fácil dibujar ángulos rectos o andar derecho en un mundo redondo (y achatado por los polos, según aseguran los que saben).
Imprescindible, "Patria".
Imprescindible, Aramburu.

domingo, 11 de diciembre de 2016

CELA, EL HOMBRE QUE SUPO GANAR


Releo en estos días "Cela, el hombre que quiso ganar", de Ian Gibson (me gustaría conocer a Gibson...), y vuelvo a pasar muy buenos momentos. Me interesa Cela, con sus luces y sus sombras, y me interesa este libro de Gibson. Libro tan honesto que no pretende dar lecciones, sino exponer temas y apuntar ideas y posibles líneas de investigación, y eso se agradece (en otros libros Gibson da lecciones, y lo agradezco menos; será que me hago viejo, y cada día valoro más el tono de un libro). "Ahí les dejo eso, ustedes saquen sus conclusiones". Sí: es lo mejor.
Alguna vez dejé por escrito que, conociendo a Cela, el título debería ser "Cela, el hombre que ganó", pero hoy lo titularía "Cela, el hombre que supo ganar". Soy como el río de Heráclito, supongo que como nos pasa a todos.
Partiendo siempre de la base de que tenemos que determinar qué es la victoria y qué es la derrota, claro. Cuando empecé con esto de escribir quería que todo el mundo supiera de mis cosas, que la prensa escrita de Málaga sacara unas líneas cuando intervenía en algún evento, que el Ateneo me llamara para no sé qué, que se hablara de este o de aquel sarao en que intervenía, quería publicar otro libro... En fin... Hoy casi todo eso me parece gloria de provincias (aunque conozco incluso a quien ha muerto por no lograr eso) y me importa un pimiento de Padrón-Iria Flavia toda esa catetada (sobre todo desde que sé con más detalle como funciona la prensa escrita, al menos la que me toca de cerca). Cuando sucede algo de eso que cito suele ser a pesar de mí mismo (menos lo de publicar libros, donde al inestimable desinterés de los editores uno mi rampante misantropía convicta y confesa). Triunfar, hoy, es para mí dejar un texto narrativo o poético como quiero que quede, después de dura pelea: así, en ocasiones puedo triunfar un par de veces durante una tarde (no suele ser el caso: los textos se paren con dolor). Sin que nadie se entere: no tiene nada que ver.
Pero si algo me apasiona es atender al andamiaje creativo de autores a los que admiro, y eso lo tengo en este libro que cito. Siempre he pensado que Cela preparó las oposiciones para Nobel de Literatura durante toda su vida, y al final sacó la plaza, aunque el ejercicio es muy duro y hay que estar dispuesto a todo lo que implica. Hizo oposiciones a Académico de la Lengua y también sacó plaza, a Premio Cervantes (y también la sacó, aunque con más polémica)... Opositó a todo lo opositable, con éxito y, por tanto, cumplió sus objetivos. Ganó, conforme a sus objetivos. Supo ganar.
Cela, el hombre que supo ganar. Muy interesante trabajo, el de Gibson.








martes, 6 de diciembre de 2016

EL BOXEO COMO METÁFORA

No soy seguidor de Sylvester Stallone, precisamente, pero hay una película suya que remiro con periodicidad: "Rocky Balboa". Creo que hicieron más películas de Rocky, pero no estoy seguro, pues nunca me interesé por lo que vino después. Pero la primera de la serie es muy interesante.
Ahora cumple cuarenta años, "Rocky Balboa", porque de casi todo va haciendo cada vez más años. Y me pregunto por qué me interesa el cine de boxeo ("Toro salvaje", "Más dura será la caída", etc.) y, tibiamente, por qué creo que me puede interesar, de alguna manera, el boxeo (cuando soy la persona más pacífica del mundo).
No tenía respuestas para este extraño interés, más allá de algunas intuiciones más o menos bien construidas. Pero leo por alguna parte la razón de que el boxeo interesara a Julio Cortázar y, sin querer compararme yo con el Maestro, lo que leo, que no sé si será cierto en su caso, me sirve para mí. El boxeo no porque uno esté interesado en golpear a nadie, sino el boxeo como metáfora de lo que es la vida y de cómo hay que defenderse para evitar que te tumben a golpes.
Sí, eso sí: en la vida no quiero golpear a nadie, faltaría más, pero tampoco quiero acabar en la lona, así que habrá que tener buen juego de piernas, cubrirse adecuadamente, saber golpear cuando conviene y, al menos, ganar a los puntos para seguir vivo y llegar a la noche. Sí. Por desgracia la vida se suele parecer bastante a un combate de boxeo, con la diferencia de que no siempre el árbitro se ajusta al reglamento.
Alguna vez dediqué un texto a Rocky Balboa. Y como sé que a mi querido Manu le gustó bastante, pues lo recuerdo y le mando un abrazo muy fuerte, con el ánimo para seguir aguantando de pie en el cuadrilátero. No nos queda otra, Manu.

 https://antoniojetaquesada.blogspot.com.es/2015/04/rocky-balboa.html

sábado, 3 de diciembre de 2016

MICHI PANERO: VIVIR PARA CONTARLA


MICHI PANERO: VIVIR PARA CONTARLA

 

 

 

Antonio J. Quesada

 

Escribir sobre Michi Panero es fácil pero es difícil. Para los aficionados a los datos, bibliografías y modos canónicos de ser y de estar en la vida, a la hora de recrear a personajes, puede ser fácil: de eso hay relativamente poco. Pero recrear el imaginario de Michi es razonablemente complejo, aunque por el autor de estas líneas no quedará.

No es fácil nacer de Leopoldo Panero y de Felicidad Blanc, y todavía más complejo resulta nacer después de Juan Luis y de Leopoldo María. No era fácil ser Michi Panero, por tanto. Michi, que nacerá en 1951, tendrá que sostener a un buen personaje ya desde temprano, por la mañana, cuando abre el negocio al público, hasta que echa el cierre cuando se va el sol. Le sucedió durante toda la vida.

Michi: el creador sin obra. Michi, el seductor y sugerente contertulio, entre tanto creador lletraferit. Michi, el escritor sin libro, como le llamará Utrera (aunque se va a publicar por estas fechas un volumen que recopila sus heterogéneos textos; no sé si todos, pero en cualquier caso, acertada decisión). Michi, el atractivo diletante: “Me dan muchísima pereza los libros. He empezado mis memorias cuarenta veces pero cuando llegaba a la página 70 y las releía, comenzaba a tachar porque veía que la mitad era mentira: era literatura”. Para Juan Luis eso exactamente era un libro de memorias, también es cierto. Se dice que Planeta quiso comprar las presuntas memorias, pero que deseaban sensacionalismo sentimental, sangre, higadillos y casquería, y la cosa no salió bien. Se dice que Soledad Puértolas le sugirió incluso un título para ese nasciturus editorial: Instantes de felicidad. Se dicen muchas cosas por las esquinas. También se recuerda que escribía Michi buenos cuentos, que agradaron mucho a Francisco Brines, por ejemplo.

Michi, el Sastrecillo valiente, como le llamaba Juan Luis, pues desde muy joven se metía con todo el mundo, y con una gracia para la queja y el cotilleo y una agilidad mental que nunca le abandonarán. Michi debía pelear un hueco entre dos hermanos excesivamente literarios, y se quejaba de eso (él, un personaje tan literario). Fiel a sí mismo, por ejemplo, se identificó ante Umbral como “la menor de las hermanas Brontë”, y aunque era el menos conocido al rodarse El desencanto, junto con su madre, pues no poseían obra creativa, gracias a la película descubrimos a dos personajes espectaculares (antes solamente al alcance de su círculo más próximo).

Con el tiempo (¡la de cosas que suceden con el tiempo!) Michi se convertirá en un conocido personaje de la noche, durante los años ochenta. Con el tiempo tendrá diversas parejas (incluso se casará fugazmente con una hija de Antonio Molina, alumna de mi querido amigo José María Prieto, poeta, pintor, dibujante y creador renacentista). Con el tiempo comenzará a hacer frente a enfermedades diversas y se irá desmejorando (lo que posiblemente aumente su halo): golpes y más golpes de la vida, varias veces al borde de la catástrofe y cada vez estará más desmejorado. Así se le verá en Después de tantos años, con la lucidez, dura ironía y brillantez habitual, prisionero en un cuerpo anciano (Luis Antonio de Villena apunta que esta película “es una suerte de acta notarial sobre el fracaso y la desolación”; en realidad, cada hermano saca a pasear en procesión a su soledad respectiva). Poeta sin obra, pero con mirada poética, o de prosista poético, cuando menos, sus monólogos en la película atraen como atrae el abismo y la lucidez terminal. Michi fue siempre el gran promotor de las películas sobre la familia, y escribía crítica sobre televisión en prensa: la pantalla (grande o pequeña) como modo de subsistencia. Era lógico: sabía cómo ganaba en el regate corto, ante la cámara y ante la vida.

Volvió a Astorga, quizá para no tener que terminar vendiendo cerillas en la Gran Vía (como comentaba en Después de tantos años; se cuenta mucho sobre la venta de la biblioteca paterna). Volvía a casa, al pueblo, y allí fallecerá (será el primero de los tres hermanos en hacerlo, en marzo de 2004). En Astorga se le recuerda, solitario y lúcido, arrastrando sus males y a su personaje hasta que todo terminó un día que, sin duda, no estaba muy lejos. Marta Moriarty escribió incisivas palabras ante esta muerte, recordemos algunas: “Michi era un niño listo y mal criado que actuaba sin pensar jamás en las consecuencias de sus actos, y cuando digo actos sólo quiero decir palabras, pues Michi actuaba poco y hablaba mucho. Tenía el don de la palabra y fue una pena que por tanto pudor se negara a escribir como hacían ya todos en su familia y quizás, o al menos eso decía él, precisamente por eso. (…) Poseía un ingenio rapidísimo y unos rizos espléndidos en su pelo prematuramente blanco, un raro sentido de la elegancia y una fragilidad que le hacía peligroso como a todo animal asustado. Es muy triste la muerte de Michi Panero, pero esta muerte ya había ocurrido hace mucho tiempo cuando él supo que nunca llegaría a nada, ni siquiera a escritor maldito. Si tuviera que escribirle un epitafio diría: Aunque lo intentó, nunca hizo mal a nadie”. Luis Antonio de Villena apuntará sobre él que “era como el actor de un drama que no tiene papel o que se equivocó de obra y recita en la que no debiera. (…) Michi es un existencialista sin causa”. Nacho Vegas compondrá una bella canción en la que juega con ese mito del atractivo derrotado que, en el fondo, nos resulta un vencedor, aunque nadie lo reconocerá (no le nombrarán Hijo Predilecto de donde sea, ni recibirá premios o le llevarán a dar conferencias y esas cosas que hacen los presuntos ganadores, en Ateneos y en cursis salones de provincia).

Las personas que se acercan a los Panero a través del cine suelen quedar enamorados de Michi, es inevitable, y luego, si profundizan, acaban ubicando todo. Pero no extraña que interese tanto Michi, tras su intervención espectacular en el film de Chávarri. Michi es el gran interesado en la película, además, y es lógico: la cámara le quiere y él lo sabe.

Michi se quejará siempre de que sus hermanos son personajes creativos que viven de cara a la Literatura, y él desea estar al margen de esa guerra (se queja maravillosamente bien en Después de tantos años), pero la potencia creativa de su personaje es altísima, aunque su obra fuese escasa. Su problema es, posiblemente, el nacer y vivir emparedado entre dos potentes poetas (cada uno con su soledad a cuestas, pero inevitablemente unidos), y así es más complejo hacer tu propio camino. Creo que, posiblemente, siempre necesitó narrar a los Panero para ubicarse (en la familia, en la vida y en el mundo). E hizo de sí mismo su mejor obra. Su obra más lograda. Vivir para contarla, a lo mejor.